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Tipos de trufa

Dentro del mundo de las trufas, las del género Tuber son las más valoradas. Se desarrollan de forma natural en suelos calizos y climas específicos, donde establecen una relación simbiótica con los árboles que las acogen. Estas son algunas de las variedades más habituales:

Tuber melanosporum (Trufa Negra de Invierno): Conocida por su intenso aroma y sabor robusto, es la variedad más apreciada en alta cocina.

Tuber aestivum (Trufa de Verano): Posee un aroma más sutil y un sabor delicado, ideal para platos versátiles y frescos.

Tuber magnatum (Trufa Blanca de Alba): Muy valorada por su aroma único y penetrante, se utiliza fresca para realzar cualquier preparación.

Tuber uncinatum (Trufa de Otoño): Similar a la de verano, pero con variaciones según el territorio, destaca por su textura y matices aromáticos.

La más conocida es la Tuber melanosporum, también llamada trufa negra o trufa de invierno, por su aroma profundo y persistente. Su recolección se hace con la ayuda de perros entrenados, capaces de detectar su particular olor bajo tierra.


Este tipo de trufa se usa en alta cocina por su capacidad de transformar platos sencillos en experiencias sensoriales. La textura, el color y el sabor de cada pieza dependen de factores como el clima, el tipo de árbol huésped o el momento de maduración.